VENDAVAL
Es tan hondo el amor en nuestros cuerpos que apenas se perciben sus rumores en las vegetaciones de la sangre. Consumirse en el agua que construye caracoles puede ser la manera de silenciar el tiempo y acogernos al cantar de las aves en bronces vespertinos. No existe otro refugio cuando se precipita el vendaval de los insectos. Se trata de proteger las arpas de perpetuar la nube en la montaña de resistir la incandescente velocidad de las semillas.