Si tú ves a mi hombre acaricia dulcemente su frente es allí donde vive su alto pensamiento. Si tú ves a mi hombre húndele el cuchillo en el corazón y hazle salir el coágulo de sangre de la mujer que lo ha engañado. Si tú encuentras a mi hombre mójale dulcemente los labios, tiene sed desde hace mucho tiempo. Pero si tú ves a mi hombre tiéndete dulcemente a su lado es un hombre que sabe amar.