9 Pienso que en este momento tal vez nadie en el universo piensa en mí, que sólo yo me pienso, y si ahora muriese, nadie, ni yo, me pensaría. Y aquí empieza el abismo, como cuando me duermo. Soy mi propio sostén y me lo quito. Contribuyo a tapizar de ausencia todo. Tal vez sea por esto que pensar en un hombre se parece a salvarlo.