Poesía vertical

3

El ser empieza entre mis manos de hombre.
El ser,
todas las manos,
cualquier palabra que se diga en el mundo,
el trabajo de tu muerte,
Dios, que no trabaja.

Pero el no ser también empieza entre mis manos de hombre.

El no ser,
todas las manos,
la palabra que se dice afuera del mundo,
las vacaciones de tu muerte,
la fatiga de Dios,
la madre que nunca tendrá hijo,
mi no morir ayer.

Pero mis manos de hombre ¿dónde empiezan?