18 Tú no tienes nombre. Tal vez nada lo tenga. Pero hay tanto humo repartido en el mundo, tanta lluvia inmóvil, tanto hombre que no puede nacer, tanto llanto horizontal, tanto cementerio arrinconado, tanta ropa muerta y la soledad ocupa tanta gente, que el nombre que no tienes me acompaña y el nombre que nada tiene crea un sitio en donde está de más la soledad.