Mauricio Contreras
La olla a presión atragantada de fríjoles, el llanto de los niños atragantado de hambre, la madre atragantada de años, el televisor atragantado de muertos de anoche y otros tantos, el incesante goteo cayendo al fondo del alma. El poema, una pausa para conjugar para conjurar los ruidos de la casa.
- De La herida intacta (Nómadas, 2009)
- Poemario del encierro, día 17 (abril 5)