Me tienes recogida dentro de mis huesos. Como una pequeña flor del campo! Tu sudor lo siento hasta en la pequeña soledad de mis libros empolvados. Hasta ahí te encuentras tú. Dentro. En cada línea y en cada repisa de mis manos. Tan adentro que ya no te encuentro fuera. Que ya no te siento fuera. Que ya es imposible contemplarte fuera.
- Del libro Volcán de mimbre (Ministerio de Educación , 1978)
- Poesía salvadoreña