Querido Dios,
Sólo unas breves palabras
Antes de abandonar tu vista.
Me sentí atrapada
En tu Jardín del Edén
Me diste palabras
Luego reclamaste mi lengua
Me diste canciones
Luego guardaste mi voz
Me diste ojos
Luego tomaste mi vista
Abriste tus oídos
Pero sellaste mi boca
Aprendí a caminar
Pero hacia ningún lado
Me diste hombre
luego te guardaste su hombría
A la única persona a quien le importaba
La maldijiste para siempre.
Así que no me arrepiento de dejar
Esta prisión de paredes de fruta
Atentamente,
Eva
- Traducción de León Blanco
- En Prometeo (Revista Latinoamericana de Poesía 91-92, junio 2012)
- Poesía camerunesa