Para Némesis

Albert Camus


Caballo negro, caballo blanco, 
una sola mano de hombre gobierna los dos furores. 
A tumba abierta, alegre es la carrera. 
La verdad miente, la franqueza disimula. 
Ocúltate en la luz.

El mundo te colma y tu estás vacío: plenitud.

Leve ruido de la espuma en la playa de la mañana; 
él llena el mundo tanto como el fragor de la gloria. 
Ambos proceden del silencio.

Bajo la losa de la alegría, el primer sueño. 

Sembrado por el viento, segado por el viento, 
y sin embargo creador, 
tal es el hombre, a través de los siglos, 
y orgulloso de vivir un solo instante.

  • Dl libro Carnets III
  • Traducción de J. R. San Juan
  • Poesía francesa