Pájaro de fuego

Tania Ganitsky


Dejé entrar a un pájaro de fuego.

Apagué la luz
para vaciar el espacio 
y solo verlo a él.

Voló sin quemar el silencio, 
un pájaro
de llamas inofensivas.

Si el fuego no se propaga, 
el agua no puede 
apagarlo, dijo la bruja.

Desafiante,
me mojé las manos
y le rocié el ala que más ardía.

Ahora guardo
un pájaro herido
que no come de mi mano

en una caja de madera 
que no se quema.

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