Catalina Villegas
“Siempre hay un pliegue en el pliegue,
como también hay una caverna en la caverna”.
Gilles Deleuze.
Me miro y recuento para seguir creciendo en otro lado. El cuerpo es flor que se abre al tacto Generosidad de superficie pliegue que reconcilia los extremos piel que se retrae de vergüenza para sortear un día de verano. Laberinto de tejidos que brota y colapsa. ¿Sostengo mi cuerpo o es él quien me sostiene? ¿Lo presiento o me anticipa? Surgen de su interior circunvoluciones y texturas esponjosas pólipos y protuberancias temblores gelatinosos y lugares estriados. Cada órgano reclamando su discreta soberanía contraído en su forma, flotando sin tiempo. Apéndices innecesarios embebidos en sustancias fluidos que se desbordan irrigando fronteras. Desde cada esquina palpitante me despliego y multiplico: querer es abundar en alguna parte.