Amparo Osorio
Nada fue tuyo. Sólo imaginaste una casa y la luna. El fuego vacilante de la llama. La mensajera noche alta en la soledad de tus estrellas La sombra perfecta y fiel dictando el paso de las constelaciones. La música del agua... Ahora lo sabes. Palidecen las manos. Miras el tiempo de tu cuerpo, el tiempo de los ríos, el tiempo de las ruinas. Basta que quisieras dormir sin pronunciar la última palabra. Que sólo desearas ya no mirar y desatar los brazos. Sólo eso bastaría... Pero no sabes cómo.
- Del libro Poemas de Memoria Absuelta (Univ. Nacional, 2004)
- Poesía colombiana