Inventario

Amparo Osorio


Nada fue tuyo. 
Sólo imaginaste una casa y la luna. 
El fuego vacilante de la llama. 
La mensajera noche 
alta en la soledad de tus estrellas 
La sombra perfecta y fiel dictando 
el paso de las constelaciones. 
La música del agua... 
Ahora lo sabes. 
Palidecen las manos. 
Miras el tiempo de tu cuerpo, 
el tiempo de los ríos, 
el tiempo de las ruinas.
Basta que quisieras dormir 
sin pronunciar la última palabra.
Que sólo desearas
ya no mirar y desatar los brazos.
Sólo eso bastaría... 
Pero no sabes cómo.