IV Han sepultado al día el tiempo y la campana. Oscura, ahuyenta el sol una nube lejana. ¿Se volverá hacia nosotros El girasol? Errante ¿Se doblará la clemátide? ¿Se aferrarán el ramo y el zarcillo colgante? Y del ciprés los dedos enroscados ¿Acaso de nosotros han de pender helados? Después que el ala Del martín pescador ha respondido Con la luz a la luz y el silencio ha venido La luz no se estremece ni respira En el inmóvil punto de este mundo que gira.