Blanca Varela
Nadie nos dice cómo voltear la cara contra la pared y morirnos sencillamente así como lo hicieron el gato o el perro de la casa o el elefante que caminó en pos de su agonía como quien va a una impostergable ceremonia batiendo orejas al compás del cadencioso resuello de su trompa sólo en el reino animal hay ejemplares de tal comportamiento cambiar el paso acercarse y oler lo ya vivido y dar la vuelta sencillamente dar la vuelta