Federico Díaz-Granados
Contempla desde tus sueños el espectáculo del mundo
la tragedia y la comedia humana de estos días.
Echa tus cartas, no te persignes.
De las matemáticas aprende
que el amor nunca será una fórmula, ni un logaritmo.
Los rostros de la gente se repiten.
No aceptes consejos y censuras de tus amigos
y defiende a los locos, borrachos y delincuentes.
Duerme con la luz encendida,
repite la misma película,
y ríete y haz preguntas en las mismas escenas.
Recibe monedas de chocolate a desconocidos.
Acepta los pronósticos del tiempo
y deja inscripciones en las puertas
y corazones partidos sobre troncos de árboles.
Lleva contigo la lección de Itaca
–no importa el destino sino lo que conoces en el viaje–.
Recuerda hijo mío, las sentencias del amanecer
el perderte entre viajes y batallas de tempestades
cuídate del canto de la tierra en las noches
seguro esconde un animal grande
o el fuego de una vieja guerra no concluida.
No dejes nunca tus juegos y tus azares.
Recibe la vida, feliz o en bancarrota,
pero recíbela entre músicas y palabras.
- Del libro Álbum de los adioses, antología (Universidad Externado de Colombia, 2006)
- Poesía colombiana