Nizar Qabbani
No esperaba
que me atravesaras cual flecha pagana.
No esperaba
que entraras en mi lenguaje, en mis palabras
y en los gestos de mis manos.
No esperaba
que te volvieras culta.
No esperaba
perder la corona y mi derecho de sucesión:
era fuerte y famoso,
mis soldados llenaban la tierra y el mar
y mis banderas cubrían los orientes.
No esperaba que hubiera un terremoto,
que se partiera el mar,
y que un día, tus ojos me dividieran en dos.
No esperaba
cuando te besé, olvidarme los labios.
No esperaba
cuando te abracé, volver sin manos.
- Traducción de María Luisa Prieto
- De libro El amor no se detiene ante la luz roja (1986)
- Poesía siria