Cuando hago cuentas,
nunca paso del número dos:
Dos lunas,
dos planetas,
dos oscuridades,
un par de lágrimas,
un par de besos,
dos fantasmas.
Todo lo que sobrepase el número dos está de más.
Más allá del dos no hay magia ni misterio.
Todo es tan simple y tan complejo como: uno más uno,
como un universo en pos de sus manos y piernas,
de su cuerpo entero y su grito de guerra.
El dos es la unidad con su espejo cierto.
El dos no necesita más que la verdad
y una cintura desnuda.
- Del libro Con tal de verme volar (Uniediciones, 2019)
- Poesía colombiana