(Del libro Palabras rescatadas)
Si nos despierta un ave detrás de alguna puerta debe estar nuestra voz. Si el agua se detiene ya no basta dar cuerda a los relojes. Sigamos caminando hacia el oriente donde una gota de luz es igual a una gota de sombra. Una estrella ha dejado sus cuatro alas sobre un pequeño estanque. Vemos crecer la noche en ese sitio.