Carlos Medellín
(Del libro Palabras rescatadas)
El tiempo no se mide se pesa se respira se pulsea en la sangre se escucha en el silencio de los ríos dormidos entre las cavidades de las piedras en los troncos heridos. El tiempo no es la hora que nos golpea un reloj ni el día que nos gritan las campanas ni el óxido ni el polvo ni el vaho de los armarios ni el surco de los rostros pergaminos sino la sensación de lo perdido.